Nos espera una crisis sin precedentes. Estamos a tiempo para que la sangre no llegue al río.

Si tienes un accidente grave de coche y sales ileso, te alegras, pero luego te preocupas por perder el coche, porque supone un coste muy importante para ti.

Cuando el confinamiento por el coronavirus se pase, se habrán salvado vidas, nos alegraremos, pero entonces nos preocupará que la empresa en la que trabajábamos haya cerrado para siempre y estemos en paro en medio de una grave crisis con millones de parados y sin perspectivas de encontrar trabajo.

Había que tomar medidas drásticas porque la situación era gravísima. Están tomadas y los efectos se notan. Lo que parece no tener en cuenta nadie es que ahora mismo miles de empresas en España están ya casi en quiebra y muchas no reabrirán la persiana, dejando a millones de personas en paro. Esto creo que también es muy grave.

Creo que hay que ir reabriendo la economía. Con cabeza, eso sí. Máscaras, guantes, distanciamiento, tests a mansalva. Pero hay que abrir talleres, tiendas, etc para no arruinar a millones de familias, más las que se arruinarán por estar en el paro provocado por tantos cierres de empresas.

Poco a poco, eso sí.

No digo hacerlo ahora porque los números todavía me asustan. No entiendo cómo tras un mes en casa hay 4.500 infectados al día. Es que no me entra en la cabeza cómo después de un mes de confinamiento (y los últimos 15 días más duro) todavía se contagie tanta gente.

Pero no se puede «congelar» la economía indefinidamente porque la rueda no para. Cada vez que el peluquero de la esquina oye que «15 días más», vive un drama más duro. Cerrado pero comiéndose todos los gastos. Imposible recuperarse.

Muchas empresas están con CERO ingresos y muchos gastos fijos: sueldos, Seguridad Social, alquileres, préstamos, hipotecas… El taxímetro sigue corriendo cada día y cuando el taxi llegue a su destino no tendrán dinero para pagarlo. Y creo que se toma muy a la ligera lo de «una nueva prórroga», «hasta junio», etc. Detrás de cada prórroga hay auténticos dramas, tanto empresariales como personales.

Todo mi respeto y condolencias para la gente que ha perdido familiares por el #COVIDー19, pero creo que si las cosas se hacen bien, podemos salvar TODAS las vidas y salvar el país de la ruina total, de una crisis gordísima, sin precedentes, que dejaría la anterior crisis de España a nivel de mero bache.

Hacer las cosas bien significa:

-Máscaras, guantes y guardar distancias para todo.

-Tests a mansalva, a millones, para detectar cuanto antes a todos los contagiados.

-Aislamiento total de los contagiados en recintos especialmente habilitados. Ahora estos están en casa contagiando a su familia entera.

-Tecnología para detectar focos a tiempo y actuar rápido para avisar a quienes pudieran haber estar en contacto con el foco.

Y teniendo en cuenta que el 93% de las muertes son de personas mayores de 65 años, si queremos que no haya ningún muerto más, este colectivo debería protegerse especialmente, planteándose, incluso, no salir de casa ni a por el pan. Asumen un riesgo demasiado grande en este momento. Las cifras son muy claras.

Por último, el Gobierno tiene que realmente ayudar a las empresas, repartiendo créditos sin avales como si no hubiera un mañana (porque si no lo hacen, realmente no habrá un mañana) y condonando cuotas de la Seguridad Social y todos los impuestos.

Nos la jugamos mucho. Si no, estaremos a salvo pero en un país totalmente destrozado, sumido en una crisis profunda y larga que dejará muchas tragedias -y también muchos muertos- en el camino.

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